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¿En qué consiste el emprendimiento social?
El emprendimiento social es aquel que tiene un fin social, ambiental o comunitario. Aunque se encuadre dentro del sector privado, el beneficio económico pasa a un segundo plano y se superpone la causa social objetivo. Por otro lado, al emprendimiento que tiene un fin puramente lucrativo se le denomina emprendimiento comercial. Así pues, el emprendimiento social no solo favorece a aumentar el PIB de un país o a la contratación de trabajadores, sino que cumple una función social preciada más allá del plano monetario.
Las empresas sociales no son ONG, ya que su financiación es eminentemente privada. Por tanto, detrás del emprendimiento social sí hay un análisis de mercado que cubre las necesidades del consumidor, la innovación, la diferenciación respecto a la competencia, y la eficiencia en rendimiento. No obstante, lo que caracteriza al emprendimiento social es que su público objetivo pertenece a un colectivo en riesgo de exclusión y/o de bajo poder adquisitivo. El beneficio que prima un emprendedor social es el de la causa por la que se sacrifica, no por la del capital de los inversores.
En la mayoría de los casos, el emprendimiento social comienza su trayectoria a expensas de emprendedores sociales concretos que invierten parte de su capital en poner en marcha una empresa que satisfaga las necesidades de un sector de la población desaventajado. Más adelante, estas empresas con fines sociales sobreviven a base de mecenazgo, microfunding, patrocinios y otras líneas de financiación filantrópica.
¿Cuál es el objetivo del emprendimiento social?
Como hemos expresado, el fin último del emprendimiento social repercute en la dimensión social y/o medioambiental.
Sus objetivos se entremezclan con los de las empresas privadas y los de las organizaciones sin ánimo de lucro. Otros objetivos secundarios son invertir parte de sus beneficios en otras causas benéficas, brindar empleo de calidad e idear soluciones innovadoras a problemáticas sociales y medioambientales.
Un ejemplo de emprendimiento social destacable es el de la empresa venezolana Leather Heart. Esta empresa compra o recibe en calidad de donación tejidos sobrantes de fábricas para coser productos, especialmente ropa o muñecos. Desde su fundación en 2018, ha resultado ser un éxito por su popularidad, rentabilidad y objetivos. Sus metas son: contratar a mujeres venezolanas, reducir la huella de carbono y donar parte de sus beneficios a la alimentación de niños vulnerables.
¿Cómo ayuda el emprendimiento a la inclusión social?
Si bien esta tipología de negocio no es muy popular por su naturaleza poco lucrativa, puede reportar mejoras significativas a grupos en riesgo de exclusión social. Este neomodelo empresarial surge como una respuesta firme que contrasta con la economía capitalista con fines puramente económicos. Así pues, los emprendedores sociales son personas muy concienciadas sobre las desigualdades sociales que ocurren en un territorio determinado.
En los siguientes puntos te resumimos cómo ayuda el emprendimiento social a la inclusión:
- Ofrecen empleo de calidad, ya que tienen políticas pensadas para el bienestar de los trabajadores. Suelen primar la contratación de sectores sociales desfavorecidos o discriminados, integrándolos en la cadena de valor.
- Promueven la sensibilización sobre temáticas sociales y medioambientales de relevancia para la humanidad en su conjunto.
- Proporcionan productos y soluciones innovadores. Al ser una empresa privada y estar inmersa en la competencia interempresarial, siempre buscarán nichos beneficiosos e ideas originales para diferenciarse
¿Quién puede ser emprendedor social?
Un emprendedor social tiene que cumplir los mismos requisitos que un emprendedor comercial. Lo que más define a cualquier tipo de emprendedor es que sabe identificar oportunidades de negocio, intuye necesidades en la población y en el mercado, e inventa soluciones empresariales para satisfacerlas exitosamente. Por tanto, es una persona con iniciativa, apasionada de sus ocurrencias, muy optimista, creativa, perseverante y con capacidad de liderazgo.
Suelen ser personas formadas en algún campo, con frecuencia alguno relacionado con la economía o la dirección de empresas. Y sí, el emprendedor social debe haber acumulado un capital considerable. Arrancar una empresa desde los cimientos es complicado por el exhaustivo estudio que hay que realizar antes de plantear el negocio y por la ingente inversión económica que conlleva.
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