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De entre todas las carreras, dicen que una de las más sencillas es la docencia. Sin embargo, lograr que un gran grupo de estudiantes te entiendan a la perfección puede no resultar tan fácil como se creía. Ser profesor requiere de mucha preparación, porque a pesar de que en todos lados podemos hallar maestros en cualquier campo (ya que todo aquel que posea conocimientos acerca de algo puede enseñar), no significa necesariamente que sepan hacerlo correctamente. De hecho, se han visto casos de personas con tanto conocimiento y potencial para crear profesionales, pero con muy pocas habilidades para la enseñanza, lo que como consecuencia no genera el resultado deseado.
Entonces, si enseñar es tu vocación y quieres ver reflejados tus logros en tus alumnos, ¡aprende algunos ejemplos de estrategias de enseñanza!
Quienes son profesores entienden que, aunque enseñar causa una satisfacción muy grande, siempre viene incluido con un complemento en forma de retos constantes, y es que ser maestro amerita de mucho esfuerzo constante para buscar los mejores métodos que permitan lograr buenos entornos y los excelentes resultados.
Los docentes deben estudiar a los alumnos si quieren conseguir que éstos estudien correctamente, y es por eso que dicen que enseñar a un niño no es lo mismo que enseñar a un adolescente, cada uno requiere de un tipo de interacción diferente.
Pero, incluso para ambos, el hecho de poder abordar las típicas problemáticas como: mantener su interés y motivación, hacer que interactúen y que sus factores externos (como problemas familiares, de salud, etc) no le afecten en su rendimiento, implica la misma necesidad de apoyarse en crear estrategias. Por lo que, a continuación, te mostraremos algunos ejemplos de estrategias de enseñanza para que puedas hacerlo de una forma eficiente.
Antes de presentártelas, es vital que sepas que la organización de tus clases debe estar clasificada en 3 partes. La primera es la preinstruccional donde debes introducir el tema de la clase, luego el coinstruccional que representa el desarrollo de lo que vas a enseñar, y finalmente la posinstruccional, en la cual tendrás que marcar un cierre. Centraremos las estrategias en estas fases.
Esta es una de las partes más importantes, puesto que es cuando debes captar la atención de los estudiantes. Para ello puedes optar por ideas como motivar la ejecución de una actividad rápida y divertida donde los jóvenes puedan repasar conocimientos estudiados en clases anteriores. O puedes plantearles la temática nueva que aprenderán y relacionarla con algún ejemplo de situación cotidiana que les permita a ellos entrar en contexto incluso antes de empezar la explicación del tema.
Esta siguiente fase es básicamente la más intensa, puesto que es acá donde necesitas mantener la atención que obtuviste en el inicio de la clase durante al menos una o dos horas dependiendo de cuánto duren las sesiones. Es aquí donde se te pueden presentar todos los problemas que generan frustración. Para evitar eso, puedes hacer tu clase dinámica con la ayuda de mapas mentales, ejemplos de situaciones cotidianas y resolución de problemas, ilustraciones o recursos auditivos.
Recuerda que cada estudiante aprende de forma diferente así que es importante que pruebes con cada una de los ejemplos de estrategias de enseñanza que te estamos dando.
Otras alternativas recomendables son la realización de actividades grupales para fomentar el trabajo en equipo y las individuales para motivar el aprendizaje autónomo del estudiante. A su vez, en el caso de los niños, tres buenas estrategias son los juegos interactivos, las dramatizaciones y el uso de todos los sentidos, ya que esto mejora su capacidad de comprensión y además ayuda a mantener su atención.
Al ser la última fase, puede parecer la más fácil, pero resulta que en ocasiones es acá donde los estudiantes pueden perder el interés en un abrir y cerrar de ojos. Por ende, para asegurarse de que se realice el cierre, puedes acabar con un juego donde reúnas todos los conocimientos dados. Ejemplos de estrategias de enseñanza, en este caso, pueden ser los resúmenes por parte de los mismos alumnos, hacer rondas de preguntas y todo aquello que te permita observar qué detalles hay que pulir o que habilidades hay que potenciar.
Ser maestro es un constante aprendizaje de ensayo y error, por lo que emplear estos ejemplos de estrategias de enseñanza puede hacer que tu trabajo sea más fácil y sin lugar a dudas, más exitoso. No olvidemos que es gracias a las malas y buenas experiencias que nos volvemos más ágiles y expertos en lo que hacemos, sin dejar de mencionar que nos motiva a ser mejores. Así que, cuando te veas en una situación complicada con tus estudiantes, ¡recuerda que ha llegado el momento de innovar tus estrategias y sorprenderlos!
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